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jueves, 28 de febrero de 2013

Árbol Rojo

Allá, bajo la sombra de aquel árbol rojo, donde un día nos juramos amor, donde juntamos nuestras almas a la luz de la luna y al susurro del viento,  donde en aquel momento no existía nadie mas que tu y yo, ahí, solo ahí, hicimos la promesa de regresar.
Hoy estamos aquí, con nuestra piel arrugada y el  cabello encanecido, con el cuerpo encorvado cubriendo estos corazones enamorados que nunca dejaron de amarse aun cuando la vida misma se empeño en muchas ocasiones separarnos.
Hoy estamos aquí  bajo este árbol rojo, cumpliendo la promesa de amarnos por siempre mas allá del tiempo.

Por Beyanira Aguirre.

Mujer

Mujer... eres hermosa... no solo por tu físico, sino por tu actitud al tomar la vida,cuando regalas una sonrisa sincera, cuando das un abrazo lleno de ternura y cariño, cuando vez con bondad al desvalido y cuando regalas una flor en lugar de una injuria.
Tus acciones correctas te harán brillar en la oscuridad de lo incorrecto

Por Beyanira Aguirre

Caricias de consuelo (Quinta Parte y final)

Realmente esa noche Samuel se sentía mas cansado que nunca, cansado de imaginar, de recordar y de esperar a que Consuelo diera alguna señal de su paradero, quería verla, sentirla, estaba tan cansado de guardar una esperanza que poco a poco y con los años se desvanecía. 
Veía como la vida se alejaba de él y no quería marcharse sin haberle pedido perdón a aquella pobre criatura que había sufrido tanto por su culpa.
Eran entradas las doce y aun no había podido juntar sus ojos , de  pronto el chirrido de quien abre una puerta , hizo que el pobre hombre se levantase sobresaltado, y enfocando sus ojos en la oscuridad, diviso en la penumbra la figura de un bella mujer que caminaba hacia él con pasos cortos y llenos de sensualidad.

___¿Quien eres y que haces aquí?___ pregunto con asombro  y temor.
La mujer no respondió y colocándose junto a él en la cama le susurró con una voz tan dulce que embriagaba____  ¿Acaso me olvidaste?
Samuel estaba confundido, ¿seria acaso aquello un sueño producto de su afán por tener entre sus brazos a Consuelo?, o ¿Realmente era ella?.
No lo sabía, pero era tan placentero casi poder sentirla ahí,  entre las sombras, que si fuese un sueño no quería despertar.
De pronto un ardiente fuego comenzó a salir de su interior,  la mujer se acercaba cada vez mas a él mientras  sus suaves manos le acariciaban el rostro, él con cada rose se  entregaba a la pasión que estallaba en sus entrañas, los labios carnosos  le llenaban la frente de besos dulces que se fueron deslizando con suavidad por sus mejillas asta su boca, sintiendo en aquel momento el deseo incontrolable de poseerla y hacerla suya.
El pobre hombre cerraba con fuerza los ojos , temeroso de abrirlos y despertar de aquel sueño maravilloso, si era Consuelo no soportaría el perderla de nuevo.
Invadido ya por el perfume de la pasión que cada vez era mas incontrolable, no tuvo mas remedio que rendirse a sus caricias y besos hasta caer rendido a sus pies con lágrimas en los ojos y entre palabras cortadas le suplicaba perdón.
Mientras el aun hablaba entre llantos y suspiros,  ella dirigió su dedo sobre los labios temblorosos de Samuel y silenciandole  se agacho junto a el para mirarle esta vez bajo el resplandeciente rayo de luna, que se colaba por una rendija de la ventana.
Estando frente a él, le miraba con sus grandes y bellos ojos negros encendidos de amor y pasión.
___!Consuelo!___ dijo en voz alta para luego quedarse por completo en un profundo silencio... 
Ella sonriente le cobijó con abrazos y besos mientras el se estremecía desapareciendo ambos en la oscuridad de la noche para conjugar las emociones que con llevan al deseo y la lujuria, entrelazándose entre las sombras  consumando su amor.
El viento frió de la mañana anunciaba con insolencia que  un nuevo día llegaba, pero esto no parecía importarle a la pareja que en el lecho de amor se consumían, y cuanto él mas se entregaba  a la dulzura de los besos desprendidos de aquella jugosa boca, menos le importaba la vida, si era de noche o era de día, ahora aquel momento era suyo como lo era consuelo, su mundo su todo y no lo desperdiciaría así que ignorando los ruidos del amanecer se sumergió nuevamente en la pasión,  aferrándose al cálido cuerpo desnudo de consuelo, perdiéndose entre sus caricias y besos...

Esa mañana ya no despertó.
FIN
(Por: Beyanira Aguirre.)

miércoles, 27 de febrero de 2013

Caricias de consuelo (Cuarta Parte)

( IV )

Después de haber tenido una noche llena de pesadillas y sentimientos encontrados, despertó repentinamente y se decía a si mismo con gran tristeza...
___¡Como olvidarte consuelo!, ¿como? ,si tu eres la única persona que me amo sin condiciones, la que permaneció a mi lado aun cuando yo no quería ni verte, y la que lloró por mi cuando decidí partir si mirar atrás... ¡como olvidarte!. 
Su rostro se llenó de lagrimas y esa mañana lloró con gran dolor que el día apareció gris.
Como se han de imaginar, aquella mañana en la que Samuel vio a aquella mujer, le confesó sus sentimientos y ella le  correspondió, poco tiempo después se casaron y se marcharon a tierras distantes, dejando a Consuelo sumergida en la soledad y el olvido.
Después de eso lo que paso con ella, ¿Quien lo sabe?, un día también se marchó sin que nadie se percatara de su ausencia y adentrándose por entre los dorados pastizales a la apuesta del sol desapareció.
Una noche como todas, Samuel prendió la chimenea y se sentó nuevamente sobre el sofá, mientras retomaba sus pasos por la vida una vez más.
Recordaba como su esposa, aquella hermosa mujer que le había cautivado con su mirada, le había dejado por otro hombre. Esto no le molestaba ya que en ese mismo momento que se sintió libre de ella, fue cuando decidido regresó al pueblo en busca de Consuelo, ahora si convencido de que solo en ella estaba su verdadera felicidad.
Recordaba que tubo la dicha de recorrer el mundo y sus deleites , pero de la mano equivocada del amor, y aunque su cuerpo encontró en los brazos equivocados el deseo y el placer así como la pasión, nunca fue capaz de sentir el verdadero amor y esto le entristecía en gran manera.
Estaba mas que convencido de que su felicidad era ella, su adorable consuelo, aquella niñita risueña que reía al verle y le cantaba canciones a la orilla del río, y que en otras ocasiones solo se sentaba a su lado en silencio mientras sus grandes ojos negros le miraban con ternura. Solo asta ese momento le llamó suya, su adorable consuelo, y se sintió tan bien de hacerlo.
Durante su viaje de regreso imaginaba que la encontraría  como muchas veces lo hizo, bajo aquel viejo árbol , pero ese era un pensamiento algo egoísta.
Lo primero que haría sería arrodillarse ante ella y pedirle incansablemente su perdón pero volviendo a la realidad, de cuando en cuando se preguntaba a si mismo...___¿Donde estarás Consuelo?
El solo hecho de pensar que seguro estaría en los brazos de otro, le  producían unos celos terribles y a la vez le lastimaba porque de ser así debía aceptarlo.
Pero a su regreso, nadie supo darle razón de ella o su paradero y asta el día de hoy solo es un recuerdo que guarda celosamente en su corazón y pensamiento.
Cansado de existir solamente a base de sus recuerdos, se puso en pie y apagando la pipa se fue a dormir.
aunque sabía que le sería difícil hacerlo porque el dolor de la ausencia  era mas fuerte que el cansancio que lo agobiaba.
Continua...
(Por: Beyanira Aguirre)

martes, 26 de febrero de 2013

Caricias de consuelo ( Tercera Parte)

( III )

Una noche en que los recuerdos se aprisionaron de él, al punto de quitarle el sueño, comenzó a recordar el momento nefasto en que perdió a Consuelo y todo lo que ella representaba para él.
Como cuando perdió a su padre y viéndose completamente solo, se deprimió,  tanto así que se encerró por largo tiempo en la casa y auto castigó privándose de la compañía de Consuelo.
Esta sufría mucho  porque le amaba, aunque él confundía aquel amor con cariño de hermanos y no se daba cuenta del sentimiento que Consuelo tenía por él.
Ella iba a verle todos los días , pero él se negaba a recibirla, entonces ella resignada se pasaba las horas sentada bajo un árbol a la orilla del sendero , con la esperanza de que quizás saliera y pudiera verla.; al caer la tarde se levantaba y se regresaba a su casa muy triste.
Una mañana en la que por necesidad Samuel tuvo que salir a las laderas del río por un poco de leña , ya que el invierno estaba pronto, consuelo se encontraba como era su costumbre ya casi religiosa , bajo aquel árbol y viendo que él salia , corrió para alcanzarle.
El  le miro y casi resignado le dejo que le acompañara, ese amor de ella era  inquebrantable, así que juntos bajaron a las laderas del río.
Después de unos instantes, por entre las peñas, la figura de una hermosa mujer que se disponía a bañarse en las cristalinas aguas apareció y ambos Consuelo y Samuel la vieron.
Ella presintiendo su presencia, dio un giro y clavo sus bellos ojos en los de Samuel, que no dejaba de verla sorprendido y casi poseído por su belleza, al percatarse de la mirada de la joven, avergonzado no hizo mas que echarse a correr. 
Consuelo desconcertada corrió tras de él y mientras lo hacia un temor se apoderaba de su pecho, el temor de perder a Samuel para siempre.
Samuel llegó sin aliento a su casa, avergonzado, ruborizado pero muy emocionado, porque aquella joven era hermosa.
Por primera vez Samuel había experimentado el sentimiento que enloquece a los hombres y al que común mente llamamos ... amor.
Su corazón había quedado locamente enamorado de aquella hermosa mujer y buscaría la forma de acercarsele y decirle lo que sentía, era como un fuego interno que le quemaba las entrañas y sentía morir de no tenerla entre sus brazos.
Consuelo le alcanzó asta la casa pero no quiso entrar tras de él, confundida y mas que confundida, triste, dio media vuelta y se fue dejando caer inconscientemente una lágrima.
Toda su depresión y desaliento habían desaparecido y ahora no había día que no fuera al pueblo con la esperanza de encontrarse con aquella mujer que le robaba el sueño todas las noches desde aquella vez.
Consuelo estaba  contenta del cambio porque para ella , él lo era todo  y su alegría era la de ella, pero sabía también que aquel cambio se debía a aquella intrusa que se había colado entre los sentimientos de Samuel y ella solo era un recuerdo de la infancia para él.
Cierta mañana Samuel recorría las calles del pueblo y no pudo evitar ver que la hermosa mujer estaba del otro lado de la calle, emocionado y decidido a no perder la oportunidad que le presentaba la vida, se le acercó , ella reconociendole de inmediato sonrió y  después de cruzar unas cuantas palabras le tomo el brazo y continuaron juntos el camino. Consuelo quien también se encontraba cerca de ahí  confirmó lo que temía su corazón, le había perdido y para siempre.
Volviendo de sus recuerdos Samuel se puso en pie y se fue a dormir...
Esa noche  fue un tormento de pesadillas, soñó con su padre en el lecho de su muerte, con el rostro lloroso de Consuelo y casi le pareció oírle decir, ... " me olvidaste".
Continua...
(Por: Beyanira Aguirre.)

lunes, 25 de febrero de 2013

Caricias de consuelo (Segunda Parte)



( II )

Una tarde en  que el reloj se aproximaba a las tres, Samuel se encontraba en la parte trasera de la casa picando con su gran hacha unos trozos de leña para su chimenea, cuando  vagamente trajo a su mente el recuerdo de su padre.
Este había sido un hombre fuerte, noble, de ojos tristes y gran soledad.Por el contrario, no podía recordar a su madre ya que esta había fallecido cuando él solamente era un bebé, y su padre no hablaba mucho de ella.
Recordaba que su infancia estuvo rodeada de un ambiente silencioso, nostálgico y muy solitario y que de no ser por las risitas inocentes de Consuelo, su única amiga de infancia, quizás hubiese sido el hombre mas  infeliz de la tierra.
A su lado todo era hermoso, recordaba como su semblante pálido y enfermizo se reflejaba en los brillantes ojos de Consuelo, que lo miraba risueña mientras él , solo se dejaba acariciar con la mirada de aquella dulce pequeña que le reconfortaba con el cantar de su voz.
Las gotas de sudor que recorrían su frente en aquel momento, le hicieron sentarse sobre una pila de troncos ya cortados, mientras sus pensamientos  viajaban cada vez mas distantes.
Indiscutible mente esta niña debió ser muy especial e importante en su vida, porque a cada minuto de su recuerdo, una lágrima temerosa brotaba de sus cansados ojos y se mezclaba asta confundirse con el sudor de su rostro.
Pensaba en las aventuras divertidas que tuvieron en su niñez cuando bajaban al río y también en los ratos de silencio donde solo se sentaban uno al lado del otro sin decir nada, para contemplar la puesta de sol.
De pronto como si ese recuerdo le hiriera en lugar de alegrarle, sacudió la cabeza, seco el sudor de su frente y continuo bajo el sol ardiente de la tarde, con su laboriosa faena.
Esa noche como de costumbre, se sentó frente a su chimenea a fumar de nuevo su pipa, no sin antes sacar de un cofrecito que estaba sobre la mesa, una vieja fotografía de Consuelo que guardaba desde hace tiempo,  fumó un poco y pensaba en Consuelo, era extraño pero ya no podía evitar hacerlo... ___¿Que habrá sido de ella?___ se preguntó, mientras los recuerdos se apoderaban otra vez de su mente, esta vez trayendo con sigo el recuerdo mas doloroso que cualquiera pueda tener, el de la muerte de su padre.
Casi de inmediato se vio en le cuarto , al pie de su cama donde el pobre anciano yacía  sin aliento, con los ojos llorosos y siempre triste, mientras sus fatigadas manos le acariciaban de cuando en cuando su rostro.
No pudo evitar derramar el llanto y volviendo de sus pensamientos , guardó celosamente la fotografía en el lugar donde durante tanto tiempo la mantuvo escondida, como temiendo que de ahí también pudiese perderla. 
Continua....
(Por Beyanira Aguirre)

domingo, 24 de febrero de 2013

Caricias de consuelo ( Primera Parte )


( I )


Quien pudiera decir lo que pensaba en ese entonces, sentado sobre el viejo sofá frente a la chimenea, su mirada fija sobre las bamboleantes llamas, describían escasamente lo que guardaba en su alma.
Sin duda alguna su pensamiento se remontaba a un lejano recuerdo que le causaba  nostalgia.
Sus cabellos emblanquecidos , así como el ceño fruncido, demostraban que su paso por el tiempo no había  sido placentero, pero el escaso brillo en su mirar que de cuando en cuando se dejaba ver, advertía el paso de un amor apasionado que habitó en su pecho alguna vez.
Su nombre era Samuel. Gustaba de estar solo y hablar poco por no decir que casi nada, sus rasgos ya gastados dejaban ver que en sus mejores años, fue todo un galán erguido y jovial, imposible  negar que quizás sobre su brazo  llegó a pender una joya joven y hermosa  como lo eran las jovencitas de aquellos días.
Cuando recién llegó al pueblo, las mujeres del lugar no podían dejar de sentirse atraídas por el, algunas se dedicaban a vender sus amores en las esquinas oscuras del pueblo y cuando le veían pasar , no dudaban en ofrecerles  sus pasiones,  pero él solo sonreía con algo de nostalgia y seguía su camino.
Muchas hubiesen estado dispuestas a colarse entre las sombras de su aposento y embriagarle de besos, solo por una noche de placer a su lado... si tan solo él lo hubiese permitido.
Al mirarle ahora sobre aquel sofá, surge la interrogante que cualquiera en mi lugar se habría hecho.
¿Que fue de aquel  hombre que hoy yace cansado y solo sentado sobre ese viejo sofá?
Nadie lo sabía, si había tenido un pasado, se había  encargado él mismo de enterrarlo.
...... El reloj avanzaba y el fuego de la chimenea poco a poco se escondía tras la cenizas de los grandes leños secos, que minutos antes ardían y ahora solo eran un chispazo en la oscuridad.

Resignado el pobre hombre de su aburrida existencia, metió la mano en el bolsillo de la chaqueta, sacó una vieja pipa, la encendió con lentitud aspirando en tres ocasiones muy distante la una de la otra, el humo del tabaco que comenzaba a quemarse y poniéndose en pie, apagó el ultimo destello de luz que brotaba de la chimenea para dirigirse  a su cuarto donde se perdió entre las sombras.
Continua...
(Por: Beyanira Aguirre)

Lo que quiero ser



No quiero ser popular, porque la popularidad se acaba cuando pasa de moda...
No quiero ser  llamado campeón, porque ser campeón termina cuando alguien te derrota...
No quiero ser estrella, porque aun las estrellas tienen un final cuando su luz se extingue.

Solo quiero  ser un ser humano capas de equivocarse en el camino y levantarse no importa cuantas veces haya caído.
Que se entregue al amor  y la amistad sin pedir nada a cambio... que pueda reír y llorar y estar solo con sigo mismo para reflexionar.
No quiero ser nadie mas... que no sea yo mismo.


(Por: Beyanira Aguirre)

viernes, 22 de febrero de 2013

No confundamos el humor, (La vida se respeta)

Viendo una imagen que capturó mi atención, me di cuenta de que estamos muy lejos de ser humanos racionales capaces de cuidar nuestro planeta y a nosotros mismos como especie en peligro, ya que se nos hace muy fácil hacer burla de situaciones que no dan para nada risa.

Yo apoyo el que debemos de ver  la vida con humor para hacerla mas tolerable y placentera, pero cuando  uno ve algo como esto y peor aun, saber que es una horrible realidad lo que esta pasando con estos animales , no entiendo como se puede hacer burla de algo tan desagradable como lo es extinguir una vida, ya sea animal o humana.


Me entristecí mucho al ver comentarios que decían lo siguiente:

" El ser humano es el peor depredador, no razonamos, ni pensamos, actuamos por instinto, somos bestias carnívoras y traicioneras, una especie negativa."

Perdonen mi sinceridad pero, al leer esto pensé de inmediato:

Eso ha sucedido porque nosotros mismos nos hemos encargado con nuestras  equivocadas acciones de ganarnos esa insignia que al final solo nos trae vergüenza,  deberíamos luchar por adquirir aquella que dijera, "Humano Ambienta lista"... esa si sería una insignia digna de llevar.

Me pregunte en ese instante: ¿Como pretendemos que alguien se ocupe de este problema en defensa  de estos seres, sino somos capaces de respetarnos a nosotros mismos, ofendiéndonos e insultándonos así.

Hay quienes culpan a los gobiernos y critican generalizando a la humanidad, y es común que eso ocurra , pues creo que es la forma en que muchos incapaces de cambiar su actitud  se sienten menos culpables de su mediocridad como seres humanos, ya que es más fácil achacarles  a otros las culpas para sentirse ellos menos culpables de sus malas acciones.

Si pensáramos por un momento nos daríamos cuenta de que  el deber no es solo de los gobiernos, sino de todo aquel que hace conciencia.

Alguien preguntó: ¿Cuando usamos Internet también matamos tiburones? 

Fue una muy buena pregunta  que yo también me hice en ese momento a lo cual me respondí:

Contribuimos a la matanza de estos seres, cuando usamos esta tecnología para hacer comentarios burlistas y chistes amarillistas fuera de lugar, de una realidad que afecta no solo a un animal, ni a un ecosistema , sino al respeto por la vida misma.

Lo ideal sería hacer uso de ella con responsabilidad aportando ideas alternativas para la conservación de la especie haciendo así,oír la voz silenciosa de la razón,  ya que si esto continua, hoy dirán :   

SOLAMENTE    ES    UN     TIBURÓN... pero mañana podrían decir...                                       

SOLAMENTE   ES   UN   HOMBRE.


Por: Beyanira Aguirre.

jueves, 21 de febrero de 2013

Aportando un granito de arena.

Un cambio de actitud implica ver todo desde otra perspectiva.
Aceptar que hemos cometido errores y equivocaciones, independientemente de cuales hayan sido las razones .
Tener la capacidad y el valor suficiente de querer y  enmendar aquellos que tienen posibilidad de cambio, no solo por nuestro bienestar,  sino con la convicción de que al hacerlo aportamos un granito de arena para generar un cambio positivo en nuestro entorno y por ende, brindando un ejemplo a aquellos que de igual forma buscan una nueva actitud en sus vidas.
Por: Beyanira Aguirre.

miércoles, 20 de febrero de 2013

El mendigo

Hubo una vez un  hombre humilde, de ropas viejas que parecía mendigo ,  recorría el mundo entero diciendo a todos en el  camino de su vida  ....¿Saben cual es el milagro que ante los ojos de los hombres, Dios no ha dejado de hacer?

Al verlo la gente  le creían loco,  lo miraban con desprecio pues sus ropas eran viejas y rotas así que se  marchaban y le ignoraban.
El tiempo transcurrió, asta que uno de esos tantos días , una niña que caminaba por ahí, y que le había escuchado ya varias veces ,  se le acercó y mirándolo  le dijo.

Yo no lo se ... ¿me dices cual es por favor?

El hombre comenzó a llorar y entre lagrimas y risas miró al cielo y abrazando a la pequeña dijo:
___ Claro hija que te lo diré___

La niña no comprendía porque aquel hombre lloraba, pero esperaba ansiosa la respuesta.

Entre lágrimas de alegría el hombre le dijo:
___El milagro que ante los ojos de los hombres, Dios continua haciendo, es el milagro de la vida, lo vemos en las flores, en los animales y en cada pequeñito que nace, trayendo alegría y esperanza para la humanidad.
La  niña sonrió y se marcho feliz de saber la respuesta.

Si tan solo con un poco de humildad alguien le hubiese escuchado y no dejándose  llevar por apariencias y arrogancias, hubiesen podido darse cuenta de que aquel hombre no preguntaba,  ni pedía nada porque no era un mendigo.
se hubiesen dado cuenta de que  era un hombre que había descubierto el milagro de la vida en cada cosa que nuestro señor había creado en este mundo y que los hombres hoy no ven porque están mas ocupados en hacer dinero, ganar posición económica y divertirse.

y que lo único que deseaba era compartir su alegría.


Por: Beyanira Aguirre

El color de la vida

"Porque no hay nada mas lindo que una vida llena de color"


Contemplando detenidamente mi alrededor, me he dado cuenta de que en esta vida  hay una pequeña ventana por la que  todos miramos la vida, la diferencia es que cada quien le pone el color que quiere.

Algunos ven su vida color de rosa, tranquila y sin preocupaciones, otros quizás dorada, aquellos que solo tienen ojos para la riqueza.

Tal vez halla quien vea su vida color azul, los que viajan peregrinamente por el mundo sin rumbo ni destino pero igualmente satisfechos y otros  menos afortunados, que desde siempre han visto su vida negra como la noche que los cobija y nunca pueden ver las claras de un nuevo día.
Pensando en esto me hice una pregunta: 
¿Que pasaría si nos propusiéramos ver la vida con los ojos de los demás?

Después de meditarlo por un rato me dije a mi misma... ___ ¡Tendríamos un bello arcoíris!.
La vida no tiene que ser de un solo color, cambiemos nuestra forma de mirarla y compartamos los colores que tenemos para que así podamos juntos disfrutar de un bello arcoíris fundado en la misericordia y el amor, el respeto y la compasión.

Solo de esta forma esa ventana se convertirá en una gran puerta por la que todos juntos podremos pasar y no solo miraremos  la vida sino que la viviremos juntos como hermanos de una misma tierra.

La pajarita cantarína


Sobre la rama de aquel manzano,
 canta que canta  muy temprano, 
una pajarita cantarína 
que  se acompaña con su bandolina
***
Viste de etiqueta, 
baya que es coqueta, 
cuando termina su canto 
se marcha por la banqueta.
Escrito por: Beyanira Aguirre

El ratoncito goloso



Afina sus bigotes el ratoncito goloso, 
sabe que sobre la mesa encontrará algo delicioso.
***
Camina con cuidado para no despertar al gato, 
que lo siguió esta mañana por un largo rato.
***
Con facilidad brinca a la mesa y descubre con emoción 
que para él dejaron un trozo de jamón.
***
__¡No importa!__ dijo, 
hubiese querido queso, 
pero  como la noche es corta 
me llevaré solo eso.
***
Muy contento el ratón goloso se fue para su casa, 
y se comió todo el jamón hasta dejar limpia la taza.

Escrito por: Beyanira Aguirre

El niño de Papel(Cuento Infantil)


Había una vez un niño pequeño llamado Juan, estaba muy triste porque no podía salir a jugar con sus  amiguitos, ya que esa mañana había amanecido lloviendo.
La mama vio cuan triste estaba su hijo, así que tomó una hoja de papel, unos lápiz de color y se acercó a él mientras le decía con voz dulce.
___ Hijo, no te pongas triste, la lluvia pasará y pronto podrás ir a jugar.
Juan no le contestó, entonces la mamá empezó a dibujar sobre la hoja en blanco mientras seguía diciéndole.
___ ¿Mira hijo, hay muchas otras formas de divertirse cuando no se puede salir a jugar y una de esas formas es  darle vida a los niños de papel.
Juan sorprendido por lo que acababa de decir su madre, corrió a su lado  y vio que sobre la hoja en blanco ella había dibujado a un niño.
Tenía cabeza, cuerpo, manitas y pies pero hubo algo que le llamó la atención y con mucha curiosidad, como suelen ser los niños a esa edad, le preguntó.
___ ¿Mamá, porque el niño no tiene rostro?
La mama sonriente le responde.
___ Bueno, él aun no tiene rostro porque todavía tú no le has puesto colores.
El pequeñito sintió pena del pobre niño de papel y tomo los colores para pintar rápidamente cada espacio en blanco de aquel triste dibujo.
Rojo para la camisa, azul para el pantalón, café para los zapatos y negro para el cabello.
Cuando terminó de colorearlo dijo:
___ Mama he puesto muchos colores sobre el niño pero aun no tiene rostro.
___ ¡Bueno!__ dijo la mama___ Pero él no sabe que tiene muchos y bonitos colores, porque no los puede ver, tal vez si tuviera ojos lo haría__ sugirió la madre sonriendo.
El niño que era muy inteligente tomo el lápiz y dibujo en el rostro invisible del niño, dos pequeños puntos en simulación de ojos y dijo:
___ ¡Listo!, ahora ya los puede ver.
La mama muy contenta le responde:
__ ¡Claro que si!, pero…  Observando detenidamente al dibujo y después de un instante le pregunta.
___¿Como crees que se siente ahora el niño de papel?, antes solo era un dibujo triste a blanco y negro, pero ahora esta lleno de muchos colores.
Juan queda viendo al dibujo por un momento y de inmediato, como magia, un rayito de sol se coló por la ventana dando exactamente en el rostro colorido de aquel niño de papel, dibujando una gran sonrisa brillante.
___¡Feliz!___ gritó Juan, que no cabía de la alegría.
Ambos, madre he hijos sonreían de felicidad, la lluvia había terminado ya y un sol radiante iluminaba el patio.
¡Gracias mamita! ___ le dijo Juan mientras la abrazaba cariñosa mente  ___ por enseñarme a darles vida a los niños de papel.
Esta lo abrazaba también mientras le decía,___ gracias a ti por ser mi alegría.
Luego colocando el dibujo en la pared,  se fueron al patio donde los amiguitos de Juan también llegaron para jugar con él.
Mientras tanto desde la pared con una enorme y hermosa sonrisa, el niño de papel lo observaba  a través de la ventana.
La moraleja de la historia es que los padres debemos sacar un tiempo para compartir con los hijos.
Creado Por: Beyanira Aguirre.

El niño de la taza


Había una vez una abuelita que vivía sola en su casa, tenia muchas cosas viejas guardadas, una de esas cosas era una vieja pero muy linda taza de te.
La abuelita  estaba muy sola, nadie la visitaba y eso la ponía muy, triste.
Un día estaba sentada en su mecedora quedándose casi dormida, de pronto escucho unas risitas.
Jijijii
___¿Quién esta riendo?___ Pregunto un poquitín asustada, porque sabía que ella estaba sola.
Nadie respondió, así que se acomodo otra ves en su mecedora y volvió a dormirse, no había pasado mucho tiempo, cuando de nuevo escucho las  mismas risitas, jijijiji
Ahora si estaba muy asustada.
___¿Quién esta ahí?___ Pregunto muy temblorosa.
Al ver que nadie le respondía, se puso de pie y caminó hacia el cajón de la cocina, donde guardaba sus cosas viejas, porque de ahí era donde provenía aquella risita burlona.
Acercando su oído pudo escuchar con más claridad unos pasitos diminutos, presurosa comenzó a sacar las cosas una por una, asta quedar en aquel estante solo una pequeña taza de te.
Acomodando sus lentes se acercó mas para ver dentro de la taza, temía tanto que fuese un ratón;  pero la sorpresa fue mas grande cuando de la taza, de un brinco salió un pequeño niño que reía sin parar de ver a la pobre abuelita irse de espalda  del susto.
La abuelita mas que asustada, estaba asombrada,  no podía creer lo que veían sus ojos, se acercó otra vez y le preguntó ___¿quien eres?
Pero el pequeñito no le respondió, solo reía y  jugaba entrando y saliendo de la taza, miraba a la abuelita y se escondía sacando solo sus picarones ojitos que brillaban de felicidad.
La abuelita comprendió que no debía preguntar mas , aquel pequeño niño era feliz, sus diminutas risitas alegraban su corazón triste  y ya nunca mas se sintió sola,  desde entonces el niño  le acompaño feliz hasta el último de sus días, viviendo en la taza de te.
La moraleja de la historia es que las sonrisas de los niños son la mejor medicina para un corazón viejo y solitario.
Escrito por: Beyanira Aguirre

Notas Viajeras






El salón estaba vacío, la función no empezaba sino hasta las seis, las cortinas estaban entre abiertas y en medio del salón estaba él. Se disponía a tocar el piano como solía hacerlo, desde niña le había admirado solo que esta vez algo era diferente.
Caminaba a su alrededor y lo acariciaba con tristeza, con ternura y pasión  aquel piano era su mundo, su vida, su todo…
No sé explicar porque ese día todo era diferente, solo se que cuando se sentó frente el y coloco sus manos sobre las teclas, sus dedos comenzaron a bailar repartiendo por todo el salón incontables notas.
Notas que viajaban por todas partes, la habitación estaba llena de ellas, casi podía verlas, sentirlas, cada rincón de aquel lugar se llenaba de bellas melodías que se escapaban por las ventanas entreabiertas y  se dejaban escuchar hasta la calle.
Las personas que caminaban frente a la casa se detenían para apreciar aquel  majestuoso concierto.
Él, con sus ojos cerrados, dejaba que sus dedos bailaran sobre las teclas mientras  su espíritu viajaba a kilómetros de su cuerpo al compás de aquellas notas viajeras.
Yo, con gran emoción  reía en silencio como solía hacerlo, pues temía romper aquel armonioso momento, el salón entero giraba y en la calle, el grupo de espectadores aumentaba; sentía que volaba, de pronto, vi como de sus ojos comenzaban a salir lagrimas y un dolor cruzó en mi pecho, una gran tristeza se apoderó de mí.
No podía entender como un alma tan triste pudiera expresar a través de sus manos notas tan hermosas y llenas de sentimientos que hacían  a otros volar de felicidad mientras  él moría de dolor con cada nota que tocaba.
Cuan solo lo sentí….
No pude contenerme y lloré,  lloré en el más completo silencio, no me atrevía a interrumpirle, ese era su momento, quizás su último momento y no seria yo quien lo terminaría.
Las notas fueron bajando intensidad, la gente, quien había permanecido inmóvil frente a la casa, disfrutando de aquel concierto majestuoso, satisfechos uno a uno se fueron retirando, así pronto la calle quedó vacía como vacio estaba por quedar el salón, las notas se hacían cada vez mas débiles como retornando de donde provenían, como despidiéndose, como diciendo, por ultima ves.
Cuanta razón tenía al darme cuenta de que ese día todo era diferente y peor aun, que desde ese día ya nada sería igual.
Sus arrugadas y cansadas manos se estaban despidiendo de aquel piano que era su mundo, su vida, su todo.
Las notas viajeras se encargaron de llevarlo con ellas y a mí…  a mi solo me dejaron, el recuerdo de su canción.
Creado Por: Beyanira Aguirre

Al Paso del tiempo

"Porque en el amor no existe 
el tiempo, solo el amor"


Hace mucho tiempo ya, desde la última vez que te tuve entre mis brazos…
Ya casi ni  recuerdo el sonido de tu voz.
Ya no  puedo  saborear el dulce de tus besos, y con dificultad siento las cálidas caricias que me dieron tus manos alguna vez.
Hace  mucho tiempo ya...
El olor de tu piel en mi piel se ha disipado.
Con dolor compruebo que  el brillo de tu mirar se ha opacado en mis ojos.
Que La juventud  que un día irradiaban mis mejillas, se a escapado de mi alma, y la belleza que hizo alarde ante la gente, hoy solo es un recuerdo pasajero que se desvanece cuando me  miro al espejo.
Hace mucho tiempo ya….
Las sombras  han llegado para cubrir lo que queda de mí y la soledad se ha empeñado todo este tiempo  en hacerme olvidarte.
Mis manos temblorosas dibujan en el aire de mi habitación tu sonrisa y mi mente cansada se esfuerza por traerte a mí.
Pero te fuiste antes que yo, dejando un enorme vacío en mí ser y marcada una huella en mi corazón que ni todo el tiempo del mundo podrá hacer que olvide.
Hace mucho tiempo ya....
Que he caminado sola al paso del tiempo.
Con la esperanza de encontrarme otra vez contigo.
Pero ahora que estoy tan cerca de verte... tengo miedo.
Tengo miedo de que no me reconozcas, de que tú también hayas olvidado parte de mi gracias a la soledad... y al tiempo.
Tiempo traicionero que ha jugado con mis cabellos y los ha emblanquecido.
Que ha surcado su paso en mi rostro y ha debilitado mi andar. Tiempo... mi único compañero desde que te fuiste y hoy ha llegado a su fin.
Creado Por: Beyanira Aguirre

El silencio de un adiós





Esa mañana el sol radiante más brillante que de costumbre, extendía  sus rayos luminosos a través de las ramas de los altos robles que se mecían majestuosos al paso del viento cálido.
El manto verde del campo, se podía ver teñido de pequeñas florecillas de colores juguetonas y el cantar de un ave se escuchaba en lo alto del cielo despejado y  azul.
No muy lejos por entre los arbustos, se entre dejaba ver un riachuelo de aguas cristalinas, proveniente de una hermosa cascada que bajaba por las laderas de la montaña, sus aguas al caer no podían evitar salpicar a su paso las sonrosadas mejillas de una hermosa joven de largos cabellos rubios y labios rojos como el carmín de las rosas, la cual posaba bajo la  sombra de un frondoso árbol a la orilla del caudal.
La joven llevaba vestiduras blancas, en su cabello una corona de florecillas de diversos colores y en su cuello, un medallón en forma de dos corazones entrelazados, sus delicados pies estaban descalzos y de cuando en cuando los sumergía en las frescas aguas del riachuelo, mientras que con sus tiernas manos deshojaba con  gran amargura  una margarita.
Su mirada era lejana y triste, como si viajara por el tiempo sin necesidad de volver a este que sin duda deseaba olvidar.
Sorda a los alegres sonidos de la primavera, se entregaba al silencio de su pena, a la vez que una cristalina lágrima asomaba  de sus grandes ojos  azules.  
Suavemente se deslizaba  por su mejilla aquella tibia lágrima y confundiéndose con las gotas que le había  salpicado la cascada; parecía no llorar, aunque sin duda…su corazón estaba sangrando.
¡Cuanto diera niña mía por saber que pasa por tu alma  y te  lastima tanto!
¿Quien habrá entristecido tu corazón?, ¿Quien habrá jugado con sus emociones que hoy ya no te queda nada mas que expresar?
Eso solo el silencio de su vos lo sabía…
Perdida en su propio silencio y con sus mejillas humedecidas,  tomó a la ya deshojada margarita contra su pecho y  lentamente  la dejó a la deriva sobre las aguas del riachuelo que la llevó colina abajo sin preguntar su destino.
Por Beyanira Aguirre



El Navío Blanco






Cuenta la historia que  en una aldea lejana,  vivía una hermosa mujer  de ojos tristes.
Cerca de la aldea, existía un risco que daba al mar, a cierta hora del día, desde ese enorme risco, se podía ver como el dorado cielo del ocaso se juntaba y mezclaba con las oscuras aguas del mar, un paisaje realmente hipnotizador .
No era para nada extraño ver a la mujer todas las tardes antes del ocaso, subir por entre aquel camino pedregoso, con sus pies descalzos y en su mirada un profundo dolor.
Así pasaron los años, aunque nadie sabía por que lo hacía para ella eso era más que su vida.
Una tarde como de costumbre, se le vio subir con mas dificultad al hacerlo pero con la misma voluntad de siempre.  
Se sentó sobre la peña mas alta y observó incansable aquel paisaje en el horizonte del cual sin duda se había enamorado, pues otra razón no habría sino fuera el amor, ya que solo el amor es capaz de soportar el sacrificio que le costaba el llegar ahí día con día.
El viento soplaba con intensidad, pero ella parecía no temer y muy tranquila, casi sin parpadear miraba el horizonte.
A diferencia de los otros días, esta vez sostenía en sus manos temblorosas una carta,  en ella se dibujaban unas cuantas letras que le decían que él volvería para llevarla consigo y así, ella lo creía 
En su mirada encerraba  un gran dolor y en su pecho, un gran secreto que nunca jamás a nadie había revelado, ni lo haría.
Su piel había envejecido y sus cabellos blancos revoloteaban ahora con el viento que se empeñaba en decirle al oído… no volverá, mas ella, segura de su amor lo callaba  con su silencio y aunque su mirada era  borrosa, se esforzaba  por divisar que a lo lejos un navío se acercaba  desde el horizonte sobre las majestuosas olas del mar.
Era un gran navío de velas blancas y mástil dorado, resplandeciente bajo los brillantes rallos del sol que se acercaba  majestuoso y presuroso a la costa.
Ella sintiendo en su corazón una grande emoción sabía bien que era él, que había  venido por ella.
Sus manos temblorosas se apoyaban en las piedras del risco para levantar su cansado cuerpo y con gran dificultad se puso de pie, quería  que la viera hermosa, bella, como aquel día cuando se fue.
Con delicadeza recogía  su pelo alborotado y con una radiante pero a la vez cansada sonrisa dejaba escapar una lágrima de felicidad.
Pensaba en todo lo que le diría al verlo y en todo lo que esperaba escuchar de él.
Un halcón surcó en aquel preciso momento, el cielo y con sus gritos advertía  un gran peligro ,  pero ella no escuchaba, solo podía escuchar la vos de su corazón que repetía  incansablemente el nombre de su amado.
Sus ancianos pies se dirigían ciegos a la orilla del risco, cada paso era mas y mas difícil, el terreno  áspero lastimaba sus pies, pero no le importaba, avanzaba con ansias de estar cerca de él, el viento soplaba mas fuerte trayendo entre sus hondas la voz añorada de su amor que le decía ya no quedamente, sino en un ensordecedor grito…. Ven.
al final del risco, el brillo de aquel hermoso navío la cegó por completo y en aquel flechazo de luz, voló por los aires como un ser angelical, extendió sus alas al vacío y dejándose llevar por el viento abrazador mientras que en el cielo, el halcón gritaba sin consuelo anunciando el último adiós...mientras el navío se alejaba tan sereno perdiéndose en la penumbra de aquel día que llegaba a su fin.
Desde ese día se sigue escuchando en aquel risco al halcón que cuenta con su grito tras el paso del tiempo, la historia de aquel navío y la diosa que surco los cielos para estar con su amado desde aquel risco pedregoso al que la gente  hoy atribuye el nombre de:
(El Navío Blanco)
Escrito Por: Beyanira Aguirre

El Último Beso

Sus delicados y suaves labios invitaban a ser devorados en un tierno beso, la suavidad de sus caricias despertaban en mi el deseo incontrolable de poseerla toda.

El ardiente calor de su cuerpo desnudo entre mis brazos , encendía con ímpetu mi deseo de amar, y el tibio aliento de su boca , embriagaba todos  mis sentidos.
Era mía...   toda mía.
El tiempo parecía detenerse ante mis ojos, que no se cansaban de contemplarla.
Frágil, tierna, tan dulce y a la vez tan fiera... una diosa del amor.
La sostuve con fuerza entre mis brazos, la apreté tan fuerte contra mi pecho.
Incline mi cabeza hacia la suya y en un apasionado beso le entregue mi alma.
Ella correspondiendo a mi acto decisivo de amor, no hizo mas que cerrar sus ojos y abrazar mi ser con todo su cuerpo tibio.

Enredándome cada vez mas en sus caricias, apricionándome entre su cabello, mientras en aquel dulce y a la vez casi mortal beso ... me entregaba su inocencia vestida de mujer.
La oscuridad nocturna cobijó la habitación.
El susurro de su voz en mi oído diciendo quedamente ... te quiero... rompió el silencio de la noche, que hubiese querido, no acabara.
Bajo los débiles rayos de luna que se filtraban celosos por la ventana.
Se dibujaba su femenina  silueta, asemejándose al vaivén de las aguas del mar..
Hermosa, esbelta, dormida ahora... tan quieta.
En un instante tormenta... y al otro, calma completa.

Poniéndome en pie la mire por ultima vez... con el recuerdo de su amor impregnado en mi piel, y sus besos dibujados en mis labios, me alejé en la penumbra...
Ella consiente de mi adiós, sabe que seguirá siendo mía
Yo seguiré siendo suyo, aun así, no nos encontremos nunca más en esta vida.
Creado Por: Beyanira Aguirre

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