Con sus delicados dedos dio forma, a cada una de las partes, que tendrían una función, pies, manos, cuerpo, alma y corazón.
Dos seres diferentes , pero iguales a la ves, a uno llamo hombre y al otro... mujer.
Un único mandamiento les dio .. que el amor fuera su sustento y que en tiempos de aflicción no existiera la separación.
Que no olvidaran amarse, ni lo que es el perdón, porque del mismo barro vinieron y un mismo barro son.
Por Beyanira Aguirre.
Estimada Beyanira: en "escritores aficionados" dejé un comentari que se aplica para ti también.
ResponderEliminarPor favor léelo. Haz luego lo que quieras.
Un abrazo.
Agustín Figueroa