Mis ojos se han secado de tanto llorar tu ausencia y ya no me quedan fuerzas para seguir.
Sobre una cama fría reposa el fuego intenso que una vez ardió en mí y hoy se extingue pasivamente bajo la luz de la luna.
Abrigada con el recuerdo de tus caricias y el débil sabor de tus besos, veo como también me abandona la vida, aquella que solo quería vivir contigo y sin ti se ha rendido.
Amor... el viento sopla y tengo frió, las hojas de otoño lloran junto a mi.
Me ha visitado hoy la soledad y no se marchará.
Por Beyanira Aguirre
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