Traductor

martes, 26 de marzo de 2013

El Cántaro






















Aun la recuerdo como la primera vez... dulce, callada, serena.
Sus cabellos largos abatidos por el viento, quien la acariciaba en aquel instante atrevido, haciéndose dueño de lo que yo había decidido hacer mio.
Sostenía entre sus delicadas manos el cántaro de agua, que esa mañana había recogido del río.
Posaba tranquilamente mientras se dejaba admirar por mis ojos que anonadados por su belleza se rehusaban a pestañear,  temiendo que en un instante de abrir y cerra de ojos desapareciera para siempre.
Su perfume se mezclaba suavemente con el aire , aire que yo respiraba profundamente para aprisionarlo en mi pecho y no dejarle escapar.
Ella me ignoraba, su frialdad aunque me causaba dolor, me era sumamente encantadora y no podía negarme al deseo de poseerla.
Quise acercarme, tan siquiera un poco y decirle en una sola palabra todo lo que ocurría dentro de mi al verla, pero tuve miedo....
Su serenidad era tal, que tuve miedo de convertirme en el responsable de romper aquella calma que reflejaba.
Quise sostener su mano blanca, pero también esta vez el miedo se interpuso.
¡Cobarde de mi!, me dije casi  descontrolado,  el deseo me consumía y me hacia perecer con cada intento de acercarme a ella , sin poder lograr avanzar tan siquiera un paso.
Así transcurrió el tiempo, como una nota musical que se disipa en el silencio. 
Ella se puso de pie, camino unos cuantos pasos pasando en uno de ellos junto a mi y lanzándome una disimulada mirada me sonrió.
Quedé inmóvil ante tal acción y sentí como mi corazón latía a gran velocidad casi saliendo de mi pecho.
Mi boca no encontró palabras y mis ojos  solo la miraban alejarse.
¿Que hacer?, no podía dejar que se desvaneciera como un sueño hermoso del que no quieres despertar, no me perdonaría el dejarla ir .
De pronto,  note que el cántaro que minutos antes sostenía entre sus manos , estaba en el suelo, no se si se le había olvidado o lo dejó ahí con el propósito de que yo lo tomara , solo se que corrí  hacia él y lo tome, esta era mi oportunidad, cuando gire para  ir tras ella y devolvérselo, ya no estaba.... ¡ había despertado!.
Por Beyanira Aguirre

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi lista de blogs