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miércoles, 27 de febrero de 2013

Caricias de consuelo (Cuarta Parte)

( IV )

Después de haber tenido una noche llena de pesadillas y sentimientos encontrados, despertó repentinamente y se decía a si mismo con gran tristeza...
___¡Como olvidarte consuelo!, ¿como? ,si tu eres la única persona que me amo sin condiciones, la que permaneció a mi lado aun cuando yo no quería ni verte, y la que lloró por mi cuando decidí partir si mirar atrás... ¡como olvidarte!. 
Su rostro se llenó de lagrimas y esa mañana lloró con gran dolor que el día apareció gris.
Como se han de imaginar, aquella mañana en la que Samuel vio a aquella mujer, le confesó sus sentimientos y ella le  correspondió, poco tiempo después se casaron y se marcharon a tierras distantes, dejando a Consuelo sumergida en la soledad y el olvido.
Después de eso lo que paso con ella, ¿Quien lo sabe?, un día también se marchó sin que nadie se percatara de su ausencia y adentrándose por entre los dorados pastizales a la apuesta del sol desapareció.
Una noche como todas, Samuel prendió la chimenea y se sentó nuevamente sobre el sofá, mientras retomaba sus pasos por la vida una vez más.
Recordaba como su esposa, aquella hermosa mujer que le había cautivado con su mirada, le había dejado por otro hombre. Esto no le molestaba ya que en ese mismo momento que se sintió libre de ella, fue cuando decidido regresó al pueblo en busca de Consuelo, ahora si convencido de que solo en ella estaba su verdadera felicidad.
Recordaba que tubo la dicha de recorrer el mundo y sus deleites , pero de la mano equivocada del amor, y aunque su cuerpo encontró en los brazos equivocados el deseo y el placer así como la pasión, nunca fue capaz de sentir el verdadero amor y esto le entristecía en gran manera.
Estaba mas que convencido de que su felicidad era ella, su adorable consuelo, aquella niñita risueña que reía al verle y le cantaba canciones a la orilla del río, y que en otras ocasiones solo se sentaba a su lado en silencio mientras sus grandes ojos negros le miraban con ternura. Solo asta ese momento le llamó suya, su adorable consuelo, y se sintió tan bien de hacerlo.
Durante su viaje de regreso imaginaba que la encontraría  como muchas veces lo hizo, bajo aquel viejo árbol , pero ese era un pensamiento algo egoísta.
Lo primero que haría sería arrodillarse ante ella y pedirle incansablemente su perdón pero volviendo a la realidad, de cuando en cuando se preguntaba a si mismo...___¿Donde estarás Consuelo?
El solo hecho de pensar que seguro estaría en los brazos de otro, le  producían unos celos terribles y a la vez le lastimaba porque de ser así debía aceptarlo.
Pero a su regreso, nadie supo darle razón de ella o su paradero y asta el día de hoy solo es un recuerdo que guarda celosamente en su corazón y pensamiento.
Cansado de existir solamente a base de sus recuerdos, se puso en pie y apagando la pipa se fue a dormir.
aunque sabía que le sería difícil hacerlo porque el dolor de la ausencia  era mas fuerte que el cansancio que lo agobiaba.
Continua...
(Por: Beyanira Aguirre)

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