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lunes, 25 de febrero de 2013

Caricias de consuelo (Segunda Parte)



( II )

Una tarde en  que el reloj se aproximaba a las tres, Samuel se encontraba en la parte trasera de la casa picando con su gran hacha unos trozos de leña para su chimenea, cuando  vagamente trajo a su mente el recuerdo de su padre.
Este había sido un hombre fuerte, noble, de ojos tristes y gran soledad.Por el contrario, no podía recordar a su madre ya que esta había fallecido cuando él solamente era un bebé, y su padre no hablaba mucho de ella.
Recordaba que su infancia estuvo rodeada de un ambiente silencioso, nostálgico y muy solitario y que de no ser por las risitas inocentes de Consuelo, su única amiga de infancia, quizás hubiese sido el hombre mas  infeliz de la tierra.
A su lado todo era hermoso, recordaba como su semblante pálido y enfermizo se reflejaba en los brillantes ojos de Consuelo, que lo miraba risueña mientras él , solo se dejaba acariciar con la mirada de aquella dulce pequeña que le reconfortaba con el cantar de su voz.
Las gotas de sudor que recorrían su frente en aquel momento, le hicieron sentarse sobre una pila de troncos ya cortados, mientras sus pensamientos  viajaban cada vez mas distantes.
Indiscutible mente esta niña debió ser muy especial e importante en su vida, porque a cada minuto de su recuerdo, una lágrima temerosa brotaba de sus cansados ojos y se mezclaba asta confundirse con el sudor de su rostro.
Pensaba en las aventuras divertidas que tuvieron en su niñez cuando bajaban al río y también en los ratos de silencio donde solo se sentaban uno al lado del otro sin decir nada, para contemplar la puesta de sol.
De pronto como si ese recuerdo le hiriera en lugar de alegrarle, sacudió la cabeza, seco el sudor de su frente y continuo bajo el sol ardiente de la tarde, con su laboriosa faena.
Esa noche como de costumbre, se sentó frente a su chimenea a fumar de nuevo su pipa, no sin antes sacar de un cofrecito que estaba sobre la mesa, una vieja fotografía de Consuelo que guardaba desde hace tiempo,  fumó un poco y pensaba en Consuelo, era extraño pero ya no podía evitar hacerlo... ___¿Que habrá sido de ella?___ se preguntó, mientras los recuerdos se apoderaban otra vez de su mente, esta vez trayendo con sigo el recuerdo mas doloroso que cualquiera pueda tener, el de la muerte de su padre.
Casi de inmediato se vio en le cuarto , al pie de su cama donde el pobre anciano yacía  sin aliento, con los ojos llorosos y siempre triste, mientras sus fatigadas manos le acariciaban de cuando en cuando su rostro.
No pudo evitar derramar el llanto y volviendo de sus pensamientos , guardó celosamente la fotografía en el lugar donde durante tanto tiempo la mantuvo escondida, como temiendo que de ahí también pudiese perderla. 
Continua....
(Por Beyanira Aguirre)

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