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martes, 26 de febrero de 2013

Caricias de consuelo ( Tercera Parte)

( III )

Una noche en que los recuerdos se aprisionaron de él, al punto de quitarle el sueño, comenzó a recordar el momento nefasto en que perdió a Consuelo y todo lo que ella representaba para él.
Como cuando perdió a su padre y viéndose completamente solo, se deprimió,  tanto así que se encerró por largo tiempo en la casa y auto castigó privándose de la compañía de Consuelo.
Esta sufría mucho  porque le amaba, aunque él confundía aquel amor con cariño de hermanos y no se daba cuenta del sentimiento que Consuelo tenía por él.
Ella iba a verle todos los días , pero él se negaba a recibirla, entonces ella resignada se pasaba las horas sentada bajo un árbol a la orilla del sendero , con la esperanza de que quizás saliera y pudiera verla.; al caer la tarde se levantaba y se regresaba a su casa muy triste.
Una mañana en la que por necesidad Samuel tuvo que salir a las laderas del río por un poco de leña , ya que el invierno estaba pronto, consuelo se encontraba como era su costumbre ya casi religiosa , bajo aquel árbol y viendo que él salia , corrió para alcanzarle.
El  le miro y casi resignado le dejo que le acompañara, ese amor de ella era  inquebrantable, así que juntos bajaron a las laderas del río.
Después de unos instantes, por entre las peñas, la figura de una hermosa mujer que se disponía a bañarse en las cristalinas aguas apareció y ambos Consuelo y Samuel la vieron.
Ella presintiendo su presencia, dio un giro y clavo sus bellos ojos en los de Samuel, que no dejaba de verla sorprendido y casi poseído por su belleza, al percatarse de la mirada de la joven, avergonzado no hizo mas que echarse a correr. 
Consuelo desconcertada corrió tras de él y mientras lo hacia un temor se apoderaba de su pecho, el temor de perder a Samuel para siempre.
Samuel llegó sin aliento a su casa, avergonzado, ruborizado pero muy emocionado, porque aquella joven era hermosa.
Por primera vez Samuel había experimentado el sentimiento que enloquece a los hombres y al que común mente llamamos ... amor.
Su corazón había quedado locamente enamorado de aquella hermosa mujer y buscaría la forma de acercarsele y decirle lo que sentía, era como un fuego interno que le quemaba las entrañas y sentía morir de no tenerla entre sus brazos.
Consuelo le alcanzó asta la casa pero no quiso entrar tras de él, confundida y mas que confundida, triste, dio media vuelta y se fue dejando caer inconscientemente una lágrima.
Toda su depresión y desaliento habían desaparecido y ahora no había día que no fuera al pueblo con la esperanza de encontrarse con aquella mujer que le robaba el sueño todas las noches desde aquella vez.
Consuelo estaba  contenta del cambio porque para ella , él lo era todo  y su alegría era la de ella, pero sabía también que aquel cambio se debía a aquella intrusa que se había colado entre los sentimientos de Samuel y ella solo era un recuerdo de la infancia para él.
Cierta mañana Samuel recorría las calles del pueblo y no pudo evitar ver que la hermosa mujer estaba del otro lado de la calle, emocionado y decidido a no perder la oportunidad que le presentaba la vida, se le acercó , ella reconociendole de inmediato sonrió y  después de cruzar unas cuantas palabras le tomo el brazo y continuaron juntos el camino. Consuelo quien también se encontraba cerca de ahí  confirmó lo que temía su corazón, le había perdido y para siempre.
Volviendo de sus recuerdos Samuel se puso en pie y se fue a dormir...
Esa noche  fue un tormento de pesadillas, soñó con su padre en el lecho de su muerte, con el rostro lloroso de Consuelo y casi le pareció oírle decir, ... " me olvidaste".
Continua...
(Por: Beyanira Aguirre.)

2 comentarios:

  1. Una historia truculenta y enrevesada de amor......... enhorabuena

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    1. Gracias por seguir este espacio que es para todos, y por tu comentario... bienvenido!!

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